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Tlacos

Tacoaleche  es palabra compuesta de “tlaco” y “leche”.
Tlaco proviene del náhuatl y significa mitad, cosa partida o dividida. Durante el virreinato se le dio el nombre de tlaco a una moneda de cobre con valor de la mitad de una cuartilla, es decir, equivalía a 1/8 de Real, también se le conocía como ‘claco’ ya que los españoles no podían pronunciar el fonema ‘tl’.


Tlacos de cobre de 1816 

Debido a que los españoles estaban acostumbrados a utilizar monedas de metal, y para resolver el problema de la inexistencia de monedas de baja denominación los comerciantes acuñaron “señales” o “fichas” de 1/8 y 1/6 de Real. Es de esta forma en que nacieron los llamados “tlacos” y “pilones”.

Los primeros tlacos fueron acuñados por los principales propietarios de pulperías (tiendas de mestizos que vendían varios artículos). Eran monedas de corte irregular, fabricadas de cobre, muchas veces fundidas y casi siempre selladas “a golpe” por una sola cara. Los tlacos de minas, haciendas y otras negociaciones, que eran emitidos por particulares, sólo circulaban en el lugar donde habían sido fabricados. En México, en sus primeras épocas de años de independencia, al inicio del siglo XIX un peso equivalía a 8 reales, cada real equivalía a 4 cuartillas, y cada cuartilla equivalía a 2 tlacos o cuatro pilones.
                                                                                                     

Un real Zacatecas de 1818

En el siglo XIX el tlaco y el pilón al ser de carácter privado, eran emitidas irregularmente por hacendados para pagar a sus peones y los obligaba a gastarlos en sus “tiendas de raya”. Los tlacos tenían diferentes formas y tamaño, eran de madera, vaqueta, hueso, bronce, cobre, latón, plomo, vidrio y algunos otros materiales. Ostentaban en toscos caracteres las iniciales entrelazadas del nombre de la finca, el de su propietario o sólo el apellido de éste y en algunos casos la figura del hierro de marcar el ganado de la hacienda.

El giro de la moneda de hacienda se iniciaba desde que en el escritorio “de raya” de la Administración, se le entregaba a los peones estas piezas de cambio como pago semanario del jornal de trabajo, el cual, generalmente era “por tarea” realizada, esto es, “a destajo”. Estas fichas sólo podían ser usadas en la tienda de la hacienda, comúnmente conocida como “tienda de raya”, así los trabajadores estaban atados completamente a los dueños de las haciendas.


Tlacos de cobre de 1816


Tlacos

Estas fichas eran después entregadas por los peones en las “tiendas de raya” que existían en cada hacienda, donde las canjeaban por artículos de consumo directo. En la “tienda de raya” se podía encontrar por lo general comida, herramientas, utensilios de cocina, ropa, tabaco, aceite, lámparas y otras cosas esenciales.

Al adoptarse el sistema decimal en México, los tlacos fueron retirados mediante decreto presidencial, publicado el 24 de Julio de 1814 en el Diario de México. A esta moneda, por su casi insignificante valor, también se le llamaba, aparte de TLACO, CLACO, TLACHCO o PILÓN.

En los terrenos que hoy ocupa la Casa Grande, se encontraba un establo u ordeña, que era como se le conocía en aquellos tiempos, y ahí se vendía leche a las personas que en aquellos tiempos, transitaban por el camino real que enlazaba a Zacatecas con el estado de San Luis Potosí. En estos terrenos existía bastante pasto y agua para los animales y lo escogieron para acampar, y de ahí se hacían llegar a los Jacales, “habitaciones hechas de adobe y techo de púas de palma” en donde se encontraba el establo que pertenecía a la Hacienda de Trancoso. Se vendía la leche por cuartillas que costaban un tlaco, y al paso del tiempo se hizo costumbre pedirla por un tlaco de leche.

Y así, al transcurso del tiempo, se fue abreviando hasta nuestros días, y al parecer, aun no se define bien el nombre, porque algunas personas pronuncian “Tacualeche” y otras “Tacoaleche”. Sin embargo, en varios de los registros de algunas instituciones públicas, como en los mapas de las dependencias de gobierno se encuentra con el nombre de Tacoaleche.

Fuentes:
Santiago Salas. La moneda potosina. Universidad Abierta Autónoma, 2003 [fecha de consulta: 24 de abril de 2005]. Disponible en Pablo Reyes Cordero. “Nuestra Señora de la Piedad, alias Tlacoaleche”, exposición 5 de marzo de 2004.

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